Mgtr. en Violencia Doméstica y de Género
Escritor
Teólogo católico y Comunicador
Como estudioso del tema sobre Violencia de Género, considero pertinente compartir con ustedes, queridos lectores y lectoras, un artículo sobre los hechos violentos y de vandalismo acaecidos el día de la mujer, el pasado 8 de marzo; hacer algunas anotaciones históricas y de contexto sobre el feminismo y sus diferentes manifestaciones, más allá de la misma fecha establecida en el calendario mundial.
Tengamos
presente que el feminismo nació como un movimiento de justicia, igualdad y
dignidad para la mujer. Sin embargo, en los últimos años, una corriente radical
ha transformado esta causa en vandalismo, violencia y caos, alejándose del
propósito original.
Las
imágenes de monumentos destruidos, edificios incendiados y discursos de odio
han generado un debate necesario ¿Cuándo la lucha por la equidad se convirtió
en una guerra sin sentido?
El feminismo genuino
El feminismo tiene sus raíces en la Ilustración y la Revolución Francesa, con figuras como Mary Wollstonecraft, autora de “Vindicación de los derechos de la mujer” (1792), quien abogó por la educación y la participación de las mujeres en la sociedad. Ella manifestaba que “no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas”.
En el siglo XX, la lucha feminista logró hitos fundamentales como el derecho al voto, la educación igualitaria y la igualdad salarial, impulsada por lideresas como Simone de Beauvoir, quien en su libro “Segundo Sexo”, afirmaba: “El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente” y Betty Friedan quien, a su vez reflexionaba que, “no se trata de elegir entre la familia y la carrera. Se trata de elegir tener una vida propia”, en su libro “La Mística de la Feminidad”.
La degradación de la mujer en nombre del feminismo
Uno de
los mayores peligros del feminismo radical es que, en su intento por empoderar
a la mujer, termina reduciéndola a un estereotipo de víctima perpetua. En lugar
de celebrar la fortaleza y la diversidad femenina, este enfoque perpetúa la
idea de que las mujeres son frágiles y necesitan protección constante. Esto no
solo limita su autonomía, sino que también refuerza los roles de género que el
feminismo original buscaba erradicar.
Además,
el vandalismo y la agresividad asociados a algunas manifestaciones feministas
han generado un rechazo social que perjudica la causa. Como bien señala la
escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie “el feminismo no es solo cosa de
mujeres, ni debe ser una excusa para la intolerancia. Es una lucha por la
humanidad”.
En las
últimas décadas, ha emergido un feminismo radical que, en lugar de promover la
justicia, ha optado por la confrontación y la destrucción. Este nuevo rostro
del feminismo se ha convertido en un movimiento que degrada y cosifica a la
mujer en lugar de elevarla.
Actos
de vandalismo contra edificios históricos, iglesias y espacios públicos no son
expresiones de lucha sino de descontrol. Expertos como Camille Paglia, una
feminista crítica del radicalismo, han advertido sobre los peligros de este
enfoque, argumentando que “el feminismo actual ha pasado de ser una lucha por
la igualdad a una ideología de victimización y odio”. La violencia y la
destrucción no construyen una sociedad mejor, sino que la fracturan. Además,
deslegitiman las luchas históricas que permitieron el avance de los derechos de
la mujer, generando rechazo en la sociedad y debilitando la causa.
El feminismo genuino siempre ha sido una lucha por la justicia, no por la supremacía, como afirma la filósofa española Amelia Valcárcel, “el feminismo es un hijo no querido de la Ilustración, porque busca que la razón y la igualdad sean universales, no exclusivas de un género”.
Por su
parte, la psicóloga social Carol Gilligan, conocida por sus estudios sobre
ética y género, advierte que “el feminismo no debe convertirse en una
herramienta de división, sino en un puente para la comprensión mutua”. Cuando
las protestas se tornan violentas, se pierde el foco en la igualdad y se
alimenta la polarización, algo que perjudica a la sociedad en su conjunto.
Recuperar el feminismo: Una tarea de todos y todas
Es
fundamental recuperar el feminismo como un movimiento de diálogo, justicia y
equidad, alejado de la violencia. No es solo una tarea de las mujeres, sino de
toda la sociedad. Necesitamos un feminismo que construya en lugar de destruir,
que eduque en lugar de imponer y que inspire en lugar de infundir miedo.
El
feminismo debe volver a su esencia, es decir, la lucha por la dignidad y los
derechos de la mujer sin caer en la violencia. Solo así se podrá avanzar hacia
una sociedad verdaderamente equitativa y justa.
El
feminismo no debe ser una bandera exclusiva de las mujeres, sino un compromiso
de toda la sociedad. Para recuperar su esencia, es necesario volver a sus
raíces, la búsqueda de la igualdad, el respeto y la justicia.
Esto
implica rechazar las posturas radicales que fomentan el odio y trabajar juntos,
hombres y mujeres, para construir un mundo más equitativo. Como sociedad,
debemos recordar que el feminismo no es una guerra contra los hombres, sino una
lucha contra las estructuras que oprimen a ambos géneros. Es hora de dejar
atrás el vandalismo y abrazar un feminismo inclusivo, constructivo y
verdaderamente transformador.
El
feminismo es demasiado valioso para ser secuestrado por el radicalismo. Es
momento de recuperar su esencia y trabajar juntos y juntas, hombres y mujeres,
para construir una sociedad donde la igualdad no sea una utopía, sino una
realidad. Como dijo la activista Malala Yousafzai, “no podemos triunfar si la
mitad de nosotras está reprimida”. El feminismo nos necesita a todos ¿Estás
dispuesto (a) a sumarte?
A modo
de conclusión, les recomiendo tres películas que podrían ayudar a la reflexión
sobre el feminismo:
Figuras
Ocultas (2016)
La
historia de tres mujeres afroamericanas que rompieron barreras en la NASA,
destacando su inteligencia y perseverancia.
Sufragistas
(2015)
Un
relato sobre las primeras activistas por el voto femenino en Inglaterra,
mostrando su lucha pacífica pero firme.
Wonder
Woman (2017)
Una película que celebra la fuerza y la compasión de una heroína, sin necesidad de denigrar a los hombres.
2 Comentarios
Qué buen artículo nos has compartido apreciado Daniel. Y estoy de acuerdo contigo, las actitudes y narrativas no se puede convertir en escenarios de odio y exclusión, todo lo contrario.
ResponderBorrarGracias por tu comentario
BorrarTu comentario ayuda a profundizar la reflexión y el análisis. Muchas gracias.