MÓDULO 1: ¿QUÉ SON LOS EVANGELIOS SINÓPTICOS?

Por Luis Daniel Londoño Silva, teólogo católico, Mgtr. en Violencia Doméstica, comunicador, escritor y bloguero.

 Tres voces, un mismo corazón
Imagina que tres testigos ven la misma escena: un atardecer sobre el mar. Uno lo narra con palabras sencillas y veloces, como si el tiempo apremiara. Otro lo describe como un gran relato que cumple antiguas profecías. Y el tercero lo cuenta con ternura, mirando los rostros de los que estaban a la orilla.

Así son los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas: tres miradas sobre la vida, pasión y resurrección de Jesús. No son una biografía tradicional, ni un libro de historia ni una crónica novelada. Son testimonios de fe, proclamaciones vivas de lo que las primeras comunidades cristianas vieron, vivieron, creyeron y anunciaron con pasión.

Y estos tres evangelios tienen una particularidad: se pueden ver juntos, “en conjunto”, como desde un mismo lente. Por eso, se llaman sinópticos.

Y… ¿Qué significa “Evangelio”?

“Evangelio” es una palabra con una gran fuerza por su contenido. Proviene del griego eu-angélion, que significa “buena noticia”. En tiempos del Imperio Romano, este término se usaba para anunciar una victoria militar o el nacimiento de un emperador. Era una proclamación oficial.

Los cristianos tomaron esa palabra imperial y la bautizaron con otra sangre: la del Cordero. Para ellos, la verdadera Buena Noticia no era un César coronado, sino un Cristo crucificado y resucitado.

El Evangelio, entonces, es Jesús mismo. No es solo lo que se dice de Él, sino su persona viva y actuante.

 ¿Qué significa “sinóptico”?

La palabra sinóptico viene del griego syn (“con, juntos”) y opsis (“visión, mirada”). Es decir: “mirada conjunta”. Al comparar los Evangelios de Marcos, Mateo y Lucas, los estudiosos notaron que tienen muchas narraciones en común: milagros, parábolas, encuentros, enseñanzas, e incluso palabras idénticas o parecidas.

Esto permite poner los tres textos “en columnas paralelas” y observar las coincidencias y diferencias. Así nació el término “Evangelios sinópticos”.

¿Por qué se escribieron tres?

Podríamos preguntarnos: ¿no bastaba con uno solo? ¿Por qué tres versiones tan similares? Aquí está la riqueza: cada evangelista escribe desde su comunidad, su contexto, su experiencia de fe. Como buenos pastores, responden a necesidades concretas: Marcos escribe para una comunidad perseguida: presenta a Jesús como el Mesías que sufre. Mateo escribe para cristianos judíos: muestra a Jesús como el nuevo Moisés y Lucas escribe para cristianos griegos y marginados: resalta la compasión de Jesús.

Estos evangelios no se contradicen, sino que se complementan. Son como tres vitrales distintos que dejan pasar la misma luz: la de Cristo.

¿Qué diferencias existen con el Evangelio de Juan?

El Evangelio de Juan, aunque también narra la vida y pasión de Jesús, tiene un estilo completamente distinto. Es más teológico, simbólico y contemplativo. No es sinóptico, porque no sigue la misma estructura ni comparte tantas narraciones comunes. Donde los sinópticos hablan en parábolas, Juan habla en signos. Donde los sinópticos cuentan hechos, Juan nos lleva al misterio más profundo.

¿Cómo surgieron los Evangelios?

Los Evangelios no cayeron del cielo ni fueron dictados por Dios con voz celestial. Fueron escritos por hombres inspirados, desde la fe, con materiales orales y escritos que circularon en las primeras comunidades.

Podemos resumir su origen en tres etapas:

a)   La vida de Jesús (hechos y enseñanzas).

b)  La predicación oral de los apóstoles (transmitida por testigos y catequistas).

c)   La redacción escrita de los Evangelios (cuando las comunidades sintieron la necesidad de conservar la memoria en textos estables).

¿Se copiaron entre ellos?

No exactamente, pero sí hubo interdependencia. Los expertos creen que Marcos fue el primero en escribirse, y que Mateo y Lucas usaron a Marcos como fuente. Además, se supone que hubo una fuente oral o escrita común llamada Q (de Quelle, “fuente” en alemán), que contenía dichos de Jesús. Mateo y Lucas también tienen material propio que no aparece en los otros evangelios.


Claves católicas para entender los Evangelios

a)   Son libros inspirados, no dictados.

b)   Son verdaderos, aunque no siguen los criterios de verdad histórica modernos.

c)   Son teológicos, escritos desde la fe y para la fe.

d)   Son eclesiales, nacidos en comunidades que rezaban, compartían y sufrían.

e)   Son Palabra de Dios, porque nos comunican a Jesús, el Verbo hecho carne.

Actividad: Comparar un relato común

Lee el relato de la multiplicación de los panes en los tres Evangelios:

Marcos 6,30-44

Mateo 14,13-21

Lucas 9,10-17

Preguntas para reflexionar:

¿Qué detalles añade o cambia cada autor?

¿Qué te dice esto sobre su comunidad?

¿Qué te dice a ti hoy sobre el pan, la compasión y la fe?

Los Evangelios sinópticos son el corazón palpitante de la Buena Noticia. No son biografías frías ni relatos neutros: son llamas vivas que siguen ardiendo en las manos de quien los lee con fe.

Mateo, Marcos y Lucas no solo escribieron libros: nos dejaron puentes hacia el Jesús real, el de carne y Espíritu, el que nos busca y nos transforma. Y tú, ¿desde dónde quieres mirar a Jesús?

Video complementario del módulo

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