¿POR QUÉ LOS NIÑOS SE SUICIDAN?

El suicidio infantil es una realidad dolorosa que sacude los cimientos de nuestra sociedad. Aunque resulta difícil imaginar que un niño pueda contemplar quitarse la vida, las estadísticas recientes en Colombia nos obligan a enfrentar esta problemática con urgencia y determinación.

Debo confesar que uno de los hechos qué más me han impresionado es el de ver que tantos casos de suicidios infantiles, se hubieran podido prevenir. La peor tragedia que le puede ocurrir a una familia y a la sociedad es ver cómo un niño por falta de atención o por exceso de protección decida acabar con su vida.

Imagen toma de pexels

Considero que es esencial reflexionar los factores que llevan a un desencanto de la vida y por los sueños a tan temprana edad, en nuestra sociedad, particularmente en Colombia.

FACTORES QUE LLEVAN AL SUICIDIO

Problemas de salud mental

Trastornos como la depresión y la ansiedad son factores de riesgo significativos en niños y adolescentes. Según la Procuraduría General de la Nación, en el primer semestre de 2023 se reportaron 1.540 suicidios en Colombia, de los cuales 479 correspondieron a jóvenes y 142 a adolescentes. Este incremento en las cifras refleja una creciente afectación en la salud mental de la población joven. La pandemia aceleró en muchas situaciones, eventos de depresión y ansiedad que condujeron al suicidio.

Entorno familiar adverso

Es lo más perverso que he podido ver. Es increíble que, por culpa de un ambiente familiar tóxico, lleve a un menor a quitarse la vida. El maltrato, la violencia y la falta de apoyo emocional en el hogar incrementan la vulnerabilidad de los menores.

Un informe de la Defensoría del Pueblo señala que, entre enero de 2015 y julio de 2022, se registraron 2.060 suicidios y 32.719 intentos de suicidio en niñas, niños y adolescentes en Colombia, por factores familiares. Estos datos evidencian la necesidad de fortalecer los entornos familiares y brindar apoyo psicosocial a los menores. Darle un celular a un niño par que se “entretenga” y no haga pataleta, es tanto como darle una pistola para que en cualquier momento se pegue un tiro. El exceso de protección es también un riesgo para que el niño no tome decisiones propias ni aprenda a defenderse ante la vida.

En muchos casos, esos pequeños oficios de la casa los tiene que hacer la mamá porque piensa que los niños aún no pueden asumir responsabilidades: les tienden la cama, les lavan la ropa, no les permiten lavar loza y son tan tolerantes que la casa puede estar en desorden mientras su hijo está pegado al teléfono, y no les enseñan a ser agradecidos y serviciales.

Les dan lo que pidan así atente contra su salud, con la idea de que son padres ejemplares porque el niño puede disfrutar de todo y sin disciplina. Desde temprana edad hipotecan la salud de sus hijos con enfermedades, como: diabetes, anemia, problemas renales, ansiedad, depresión, tristeza, problemas cardiacos, etc.

Acoso escolar (bullying)

El acoso constante en el entorno escolar puede llevar a sentimientos de desesperanza y aislamiento. Aunque no se dispone de estadísticas específicas sobre la relación directa entre el bullying y el suicidio infantil en Colombia, es ampliamente reconocido que el acoso escolar es un factor de riesgo significativo que contribuye al deterioro de la salud mental de los menores. Incluso, en algunas circunstancias el acoso de los mismos profesores y una pedagogía poco sana para enseñar, llevan a los niños a la desesperación.

Además, es increíble que, en muchos colegios, aún se tolere la violencia entre los niños, niñas y adolescentes. A veces el Proyecto Educativo Institucional no contempla con decisión y fuerza conductas violentas entre los estudiantes.

Presión académica y social

Las expectativas elevadas y la presión por el rendimiento académico pueden generar estrés significativo en los niños. En Colombia, la falta de una política enfocada en la salud mental para menores en el ámbito educativo agrava esta situación, dejando a muchos estudiantes sin el apoyo necesario para manejar estas presiones. Se piden resultados sin medir las consecuencias de cómo estas exigencias pueden generar conductas adversas en los estudiantes.

Influencia de las redes sociales

La exposición a contenido inapropiado o dañino en línea, así como la comparación constante con estándares irreales, puede afectar negativamente la salud mental de los menores. Un informe de la Defensoría del Pueblo destaca un aumento del 30% en los intentos de suicidio entre niñas, niños y adolescentes indígenas, pasando de 237 casos en 2022 a 308 en 2023, señalando la influencia de diversos factores, incluyendo el impacto de las redes sociales.

Hay padres de familia a los que les parece normal que sus hijos estén pegados a la pantalla de un teléfono, mientras deberían buscar otras alternativas para alimentar la salud mental. Ven el teléfono como un aliado para que sus hijos permanezcan “quietos” y “calmados”, sin darse cuenta del demonio interno que están ayudando a crear en ellos.


ESCUCHAR Y ACOMPAÑAR A NUESTROS NIÑOS

Este es el imperativo que, como sociedad, que como familia y sociedad debemos asumir para proteger y apoyar a nuestros niños. Esto implica fomentar entornos familiares y escolares seguros, promover la comunicación abierta y brindar recursos para la salud mental desde edades tempranas.

Los padres, educadores y cuidadores deben estar atentos a las señales de alerta, como cambios en el comportamiento, aislamiento o expresiones de desesperanza. Al detectar estas señales, es crucial buscar ayuda profesional y ofrecer un acompañamiento constante.

Al escuchar y acompañar a nuestros niños, podemos construir un futuro donde cada menor se sienta valorado, comprendido y apoyado.

SÍNTOMAS DE ALERTA EN NIÑOS EN RIESGO DE SUICIDIO

Los síntomas son los hechos más evidentes de una conducta que puede llevar al suicidio. He escuchado tantos casos en los que los padres de familia se lamentan por no haberles prestado atención a sus hijos y por pensar simplemente, que pensaba que “eso era normal”, por eso es fundamental reconocer los signos que pueden indicar que un niño está en riesgo de suicidio. Algunos de los principales síntomas incluyen:

Cambios en el estado de ánimo y comportamiento.

Vivir a toda hora de mal genio y pensar que es normal.

Tristeza persistente o apatía.

Irritabilidad extrema o enojo sin razón aparente.

Falta de interés en actividades que antes disfrutaba.

Aislamiento social, evitación de amigos y familiares.

Expresiones de desesperanza o inutilidad

Frases como “nadie me quiere”, “no sirvo para nada” o “ojalá no existiera”.

Preguntas sobre la muerte o el sentido de la vida.

Despedidas inusuales, como regalar objetos personales importantes.

Cambios en los hábitos alimenticios y de sueño.

Pérdida de apetito o aumento exagerado del consumo de alimentos.

Insomnio o sueño excesivo.

Bajo rendimiento académico o falta de motivación escolar

Falta de concentración y disminución en las calificaciones.

Falta de interés en tareas o actividades escolares.

Quejas frecuentes de dolores físicos sin causa médica aparente.

Autolesiones o comportamientos de riesgo

Cortes en la piel, moretones inexplicables u otros signos de autolesión.

Consumo de alcohol o drogas a temprana edad.

Conductas impulsivas o agresivas.


PROTEJAMOS LA VIDA DE NUESTROS NIÑOS

Padres, no descuiden a sus hijos, ámenlos, edúquenlos bien, haz que tengan sentido común, que se forjen en la disciplina, que sean felices, que gocen lo que hacen. Es preferible un niño bien disciplinado que un futuro suicida.

Tengan presente que el suicidio infantil no es una tragedia inevitable, sino una realidad que podemos y debemos prevenir. Cada niño que sufre en silencio necesita una voz que lo escuche, un abrazo que lo sostenga y un entorno que lo valore.

Como sociedad, tenemos la responsabilidad de romper el ciclo del aislamiento, el miedo y la desesperanza que lleva a tantos menores a pensar que no hay salida.

Escuchar sin juzgar, hablar con amor, fortalecer los lazos familiares y ofrecer ayuda profesional a tiempo pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Los niños no necesitan respuestas perfectas, solo necesitan sentirse comprendidos y apoyados.

No podemos darnos el lujo de ignorar las señales. No podemos esperar a que sea demasiado tarde. Es momento de actuar, de acompañar, de salvar vidas. Un niño que recibe apoyo hoy es un adulto con esperanza mañana y jamás un derrotado ante la vida.

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1 Comentarios

  1. Me parece muy importante y es urgente tomar riendas en el asunto puede ser que lo estés viviendo y no haz prestado atención urgente urgente urgente prestemos atención

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Tu comentario ayuda a profundizar la reflexión y el análisis. Muchas gracias.